martes, 1 de junio de 2010

A ver, analicemos: somos un todo. Cuerpo, alma, espíritu. Algo así ponele. Sabemos que no soy de las que creen mucho en el tema del alma, el espíritu, bah, no vivo hablando de eso, pero sé que están ahí. Bueno, cuerpo por lo pronto estoy entera, el transplante de hígado lo necesitaré en un futuro pero estoy segura que va a haber valido la pena haberme embriagado tanto con mis amigas-hermanas, más hermanas que amigas ya, porque embriagarnos juntas y hacer pelotudeces es lo mejor, espero toda la semana para eso, para que sea viernes o sábado y la rompamos. Bueno, en cuanto al alma, mi alma está ahí, tiene sus bajones, su todo, pero es un alma jóven loco, divertida, que a veces le agarra nostalgia por algunas cosas, pero generalmente es felíz. El espíritu está teniendo un problemita. Está muy decaído, como si no tuviera su todo, y no sé por qué. Capaz porque estoy extrañando mucho gente que veía todos los días, o las crisis facultativas son cada vez más espaciadas pero más deprimentes. Pero sigo extrañando gente... o capaz, a la gente que quiero la veo más espaciadamente y es feo eso. El hecho de que hay amigas que antes veía todos los días y ahora, si la veo una vez por semana es la felicidad. Por un lado puede ser, que se aprecien más esos momentos que nos vemos, que sean más sagrados que nunca, pero por otro lado, es feo extrañar gente. Chau me deprimió este post, que mierda.

2 comentarios:

firmame puto